Describe una escena de un relato pensando en una fecha significativa para ti y traslada esas emociones a tus personajes.
—Hoy pareces más animada —comenta la doctora cuando te sientas.
—Eso es porque hoy es el último —contestas esbozando una sonrisa. Casi no recordabas cómo se hacía.
Ella te devuelve la sonrisa. La estudiante en prácticas también lo hace cuando la miras. Tu madre casi parece que se va a echar a llorar. Pero no, todavía no.
Al llegar allí las enfermeras no paran de sonreírte.
—¡Guau, el último! Estarás contenta.
Apenas puedes responder, porque estar en esa sala te da náuseas y te hace sentir algo horrible. Sólo te tumbas e intentas quedarte dormida. Es lo mejor que puedes hacer.
El sueño se ve interrumpido de vez en cuando por los pitidos de la máquina de goteo y el enfermero que cambia las bolsas de la quimio. Huele a sudor. No te importa. Vuelves a dormirte y deseas que todo acabe.
Y al final lo hace. Te incorporas mientras te ponen la gasa con esparadrapo. Siempre tienes que decir que el apósito te deja la piel roja y es mejor usar algo que se pegue con menos fuerza. Deberías sentir alegría, pero hace meses que no recuerdas cómo se siente algo ajeno al sufrimiento. Te diriges a la salida despacio, con tu madre agarrandote del brazo. Ella no deja de sonreír y darle las gracias emocionada a las enfermeras, que se despiden de ti animadas.
Las miras, intentando pronunciar unas palabras de agradecimiento, pero no puedes. Simplemente no puedes.
Durante los días siguientes tratarás de retener las náuseas. De no hundirte durante los efectos de ese último chute. Pasearás por el parque con tu madre entre tus lágrimas y las de ellas, porque es lo más duro que habéis hecho ambas. Perderás tu identidad de nuevo.
Y luego nada.
Se acabarán los renqueos y volverás a focalizar los pensamientos. El mundo recuperará su color, cada día un poco más.
Y un día encontrarás las fuerzas para escribir sobre ese día sin tener la necesidad de ir corriendo al baño a vomitar. Sin llorar por los recuerdos. Porque a partir de ahora vuelves a vivir.
Has muerto para renacer.
Podría decir todos los sentimientos que me ha producido este pequeño fragmente en un párrafo enorme, pero creo que hay veces que unas pocas palabras tienen el mismo, o incluso mayor, efecto: Increíble.
Eres una super berenjena y te vas a comer el mundo entero, ¿qué narices eso de que la gente se coma las berenjenas? ¡NANAI!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Ay, eres amor, de verdad. Te regalaría todas las berenjenas de mi futuro huerto ❤ Gracias, bonito
Me gustaMe gusta
La piel de gallina. Me alegro que hayas podido escribir tal recuerdo. Te mereces un abrazaco enorme ^^
¡Sigue así! Eres mi heroína berenjenil :3
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias, jo ❤
Me gustaLe gusta a 1 persona
Hacía tiempo que unas palabras no me provocaban tanto sentimiento. Enhorabuena por todo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias ❤
Me gustaLe gusta a 1 persona
Eres fuerte y maravillosa. Me alegro un montón de haberte conocido. Aunque en verdad me queda por conocer 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Tenemos tiempo (?)
Muchas gracias, Lulu ❤
Me gustaLe gusta a 1 persona